Antimonio y Cadmio son algunos de los metales tóxicos descubiertos en un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Heidelberg en Alemania, Universidad de Chile, Universidad Austral y el Centro C+ de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo.
La investigación “When another one bites the dust: Environmental impact of global copper demand on local communities in the Atacama mining hotspot as registered by tree rings”, publicada en la Revista Científica Science of The Total Environment, da a conocer un aumento de la presencia de elementos tóxicos, como arsénico, antimonio, cadmio, molibdeno, plata, plomo y azufre, en una comunidad indígena ubicada en Alto el Loa, parte de la zona norte de Chile.
Según el estudio, que utilizó como metodología la medición y análisis de anillos de los árboles y el polvo sedimentado en las viviendas; el incremento de estos metales tiene relación con el desarrollo de la actividad minera que se realiza hace décadas en ese territorio. Específicamente, se detalla que al menos hasta a 70 kilómetros llegaría el impacto de contaminación a raíz de los trabajos mineros en diferentes localidades de la región de Antofagasta.
“Las correlaciones entre producción y presencia de metales en el ambiente son preocupantes. Nos encontramos en el umbral de una nueva revolución por metales para la descarbonización, pero nuestros resultados sugieren que el incremento proyectado (350% para el cobre) podría agravar el impacto: más emisiones de polvo rico en metales y mayor exposición para las comunidades”, señaló Nicolás Zanetta-Colombo en una entrevista para la Universidad de Chile, investigador de la Universidad de Heidelberg y del Grupo Envirohealth Dynamics del C+ y principal investigador del estudio.
Por su parte, la investigadora principal del Grupo Envirohealth Dynamics del C+, Zoe Fleming, señaló que “este estudio nos permite volver en el tiempo para ver en qué años o décadas subieron los niveles de metales en la comunidad del Alto El Loa. De esta manera, podemos mostrar el brusco aumento que hubo en los años 90´, que corresponde también a una intensificación de la minería en la región”.
Otro de los puntos que se plantea dentro de la investigación, es que las altas concentraciones de metales potencialmente tóxicos evaluados en la zona podría estar generando repercusiones adversas en la salud de los habitantes, por lo que se requieren de manera urgente estudios abordando este aspecto.
Con mirada hacia el futuro, el grupo de investigadores plantea la necesidad de implementar políticas públicas que ayuden a mejorar la calidad de vida de las comunidades que rodean las mineras, así como también el medio ambiente.
Respecto a lo anterior, Zanetta sostiene que “se necesitan medidas urgentes para evitar una profundización del conflicto y reevaluar prácticas como o el secado de relaves para la recuperación de agua”.
Por último, cabe destacar que gran parte de la investigación se llevó a cabo en conjunto con la ayuda de las mismas comunidades del lugar, quienes estuvieron presentes para el estudio y compartieron sus puntos de vista u testimonios sobre el tema.
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